La suerte de la buena gente

Continúa el Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense en el espacio La Caja de fósforos de la Concha Acústica de Bello Monte. El segundo montaje que se presenta en ese lugar es Buena gente, texto de David Lindsay-Abaire y dirección de Diana Volpe.
Margaret pierde su trabajo a causa de las constantes llegadas tarde. Esto hará que le toque encarar las escasas oportunidades que tiene en la vida. Sin embargo, buscará ayuda en Mike, un amor de juventud, quien vive cómodamente y del que intentará aprovecharse. Este argumento le sirve al autor para reflejar una temática común en la dramaturgia norteamericana: el drama de los desafortunados que no encajan en el sistema de vida del país y el de aquellos que tuvieron mejores oportunidades. La calidad de las relaciones humanas se sopesa para determinar quién puede calificarse como buena gente y quién no a la luz de las circunstancias que la vida te pone al frente.
La puesta en escena se maneja en términos realistas en todos los niveles con algunos elementos simbólicos presentes en la adecuada escenografía diseñada por Rafael Sequera. El escenario presenta tres ambientes bien diferenciados: la clase necesitada hacia el lado derecho con el lugar donde despiden a Margaret y la sala de su apartamento, la clase pudiente al lado izquierdo con el consultorio y la sala de la casa de Mike; y en el medio el bingo donde se decide la suerte de Margaret y se planifica una mentira en busca de sobrevivir. Una gran bandera de los Estados Unidos cuelga de lado al fondo indicando que su sociedad es así: por un lado, los que alcanzaron el “sueño americano”, por el otro, los perdedores que subsisten en el día a día y, en el medio, los que medianamente viven con su trabajo. El diseño de vestuario de Raquel Ríos se mantiene en el realismo con una distinción clara de las clases y de los personajes. Esto se complementa con el apropiado diseño lumínico de Gerónimo Reyes.
El trabajo actoral se percibe real en todos los intérpretes con Carolina Leandro como Margaret a la cabeza. Leandro le imprime verdad a la psicología de un personaje que justifica la vida desafortunada que lleva. Es secundada por Eulalia Siso como Jean y Haydée Faverola como Dottie, ambas excepcionales en la composición de su roles. Por último, destaco la labor acertada y franca de Rosalía Blanco como Kate y Carlos Abbatemarco como Mike, ambos justos en el matiz de cada rol, además de la interpretación de Jonathan Mora como Stevie quien captura la imagen del personaje.
Con esta propuesta, la directora encara un texto que fluye con apariencia ligera pero que presenta un trasfondo duro como lo hace la buena dramaturgia.

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