Beckett en proyecto

En diversos espacios del Ateneo de Caracas, se presentó Proyecto Beckett. Cinco directores jóvenes mostraron su visión en igual número de obras escritas por el Premio Nobel irlandés Samuel Beckett. A lo largo del recorrido, el público confronta algunos de los textos más simbólicos del autor en una propuesta que entra en los cánones del llamado teatro experimental.

El primer montaje apreciado fue Acto sin palabras, que refleja el control sobre el ser humano. La dirección de Luis Alberto Rosas hace evidente este control porque amarra al protagonista como una marioneta y coloca en escena a otro personaje, interpretado cabalmente por Fedora Freites, quien se encarga de dirigirlo con silbidos. Ambos se visten de “clown” para demostrar el ridículo en el que cae el personaje principal. La actuación de Yrwuins Escobar debe expresar mejor con el cuerpo la necesidad real de sus acciones. En definitiva, una correcta reinterpretación con algunos detalles. 

La segunda propuesta fue Aliento, dirigida por Daniel Dannery. La imaginación es puesta a prueba con las sensaciones que pueden producirse en un cuarto lleno de basura donde se oye primero una frase repetitiva, luego una escena de sexo y finalmente el llanto de un bebé. Cada espectador puede recrear la historia que desee a partir de la extrañeza que ocasiona este trabajo dirigido al inconsciente.

La tercera estación fue Monólogo, dirigido por Vladimir Vera. La joven Amanda Gómez que acompaña al público como guía coloca un video en el que las bocas de Gala Garrido y Naia Urresti nos leen, primero con desespero y luego con sensualidad, dos estados un ser humano que diserta sobre la muerte. En este trabajo se vislumbra con mayor claridad la carga simbólica de la dramaturgia del autor, aunque el desconcierto siempre está presente. 

El mejor trabajo fue Bajo el puente, con dirección de Morris Merentes. Varios pordioseros dicen poemas del autor mientras realizan acciones en un ambiente que refleja la vida del venezolano que vive en la calle. Esto se refuerza con el canto de tonadas de Simón Díaz. Las interpretaciones de Varinia Arraiz, Dayana Carmona, Mauro Costero, Jesús Javier Hernández y Christian Ponte poseen intensidad y veracidad.

Por último, la propuesta más débil fue No yo, dirigido por René Guerra. El sentido real del texto se pierde con el abuso de lo multimedia y una representación sin matices. Hay que saber reinterpretar el minimalismo que propone el autor. 

En conclusión, una vez más queda demostrado que la dramaturgia se adelanta en el tiempo. Los temas de la literatura de Beckett poseen una vigencia extraordinaria en la actualidad.

Función: 10 de Diciembre de 2011

Excusas y frustraciones

El Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT), sede Venezuela, y el Grupo actoral 80 presentan Excusas, texto de los catalanes Joel Joan y Jordi Sánchez y dirección de Melissa Wolf. En el horario vespertino del Espacio Plural del Trasnocho Cultural, se exhibe este montaje que muestra los desencuentros de dos parejas de treintañeros.

Una pareja está formada por Jesús y Begoña. Él desea vivir de la forma libertina que demuestra su mejor amigo pero se conforma con amar a su esposa y sus trabajos esporádicos. Ella manda sobre su marido y tiene una relación extramarital que le ofrece lo que no tiene. La otra está integrada por Christian y Susana. Él lleva una vida de excesos que esconde a su novia y prefiere irse a acostar con otra que compartir con ella. Ella consiente tener un novio infiel y no quiere dejarlo aunque limite su crecimiento profesional. 

Al principio, esta combinación de situaciones tiene apariencias de teatro ligero, pero se va convirtiendo en una comedia agridulce. El nacimiento de un bebé y una separación abrupta van a evidenciar la necesidad de un cambio. Pero, cuando se vive con la excusa de que todo está bien, la frustración lleva a cometer actos irracionales.

La puesta en escena juega con el hiperrealismo. Los elementos escenográficos reflejan correctamente el apartamento donde ocurre la acción. En este espacio, el desplazamiento escénico se concatena con cada situación que se presenta, no importa que el escenario se desequilibre y las acciones se desarrollen en un solo lado, lo que se complementa con los detalles del manejo de la utilería. 

La verdad de las actuaciones se logra porque se busca naturalidad en el decir, se repiten frases como sucede cuando se habla en la vida real, se permite la equivocación, se usan expresiones venezolanas actuales y se improvisa en ciertas situaciones. En este sentido, el trasfondo del texto está muy bien manejado, sin embargo, hay que cuidar algunos excesos de la improvisación porque no aportan nada.

En las actuaciones, se destaca Jesús Cova porque integra notablemente gesto y voz para transmitir las emociones del sometido Jesús. Angélica Arteaga, como Begoña, ofrece el tono justo y con fuerza en sus intenciones. Wadih Hadaya, como Christian, mantiene una buena intensidad, si bien debe estar atento a los matices, y Ana Alicia Pérez maneja acertadamente las emociones por las que pasa Susana. 

Es importante comentar lo difícil que es la asistencia de público en este horario del Espacio Plural. Debe reforzarse la publicidad o proponer un cambio de hora porque no hay excusas para no ir a disfrutar de este montaje.

Función: 3 de Diciembre de 2011

Teatro para Caracas

Durante dos semanas se realizó el Festival de Teatro de Caracas. Organizado por el Gobierno del Distrito Capital y la Alcaldía de Caracas, el festival rescató mucho de los espacios olvidados del centro de la ciudad, además de utilizar otros ya reconocidos. Los lugares para el teatro de sala fueron el Teatro Nacional, Teatro Municipal, Teatro Principal, Teatro Cristo Rey, Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño, Salas Juana Sujo y Doris Wells de la Casa del Artista, las tres salas de la Universidad de las Artes, la sala principal del Teatro San Martín,  Sala Rajatabla, Celarg, el Nuevo Circo y el auditorio del Museo Boliviano. Por su parte, el teatro de calle y otros géneros se presentaron en parques, plazas, bulevares y museos.

Más de 80 compañías exhibieron sus trabajos, sin embargo quedan detalles importantes por resolver para la continuidad del evento. Primero, proponer una programación que permita apreciar más espectáculos durante el día. Varios montajes a la misma hora o con una hora de diferencia entre uno y otro es un error. En segundo lugar, se debe ofrecer amplitud y rigor en la escogencia de las agrupaciones. Esto implica que se dé la oportunidad de selección a cualquier colectivo, aunque se escojan aquellos trabajos de calidad. 

Además, es necesario invitar a los estudiantes de las escuelas de teatro y de las universidades para que asistan a las conferencias, foros y talleres de formación. La plaza Diego Ibarra del centro de Caracas, rebautizada con el nombre de “Ciudad Teatro”, fue el sitio que albergó estas actividades, así como también la presentación de conciertos. Esto último puede replantearse para que sean las funciones de teatro de calle las que atraigan al público y no la música.

Por último, es importante revisar la información que se publica de las agrupaciones y entregar programas de mano en cada presentación. Fue desconsiderado que los nombres de muchos dramaturgos no aparecieran en el catálogo del festival. Esto, aunado a la falta de los programas, aumenta el desconocimiento del público común sobre el quehacer teatral. 

Después de 12 años, el Gobierno del Distrito Capital y Fundarte, ente cultural adscrito a la Alcaldía de Caracas, han señalado uno de los caminos que deben seguir las políticas culturales en torno al teatro. En cambio, el Ministerio del poder popular para la Cultura y su Instituto de las artes escénicas y musicales (IAEM) tienen todavía una gran deuda con el sector. Cuando el Estado comprenda que el arte, en todos sus sentidos, no es solo entretenimiento sino uno de los pilares fundamentales del ser humano puede que desarrolle verdaderas políticas que se mantengan en el tiempo.

(Publicado en el Diario Tal Cual)

Especial "Festival de Teatro de Caracas 2011" - 2: Una crónica de despedida

La segunda y última semana del Festival de Teatro de Caracas ofreció una variada oferta de espectáculos de toda índole.

En el Teatro Nacional, el grupo Rajatabla volvió a presentar Promoción honor a mis padres, texto de Elio Palencia y dirección de Rufino Dorta. El drama de una juventud con anhelos y frustraciones mantuvo su fuerza gracias al excepcional trabajo de puesta en escena y sus correctas actuaciones.

Río Teatro Caribe repuso en su sede el espectáculo Machete Caníbal, dramaturgia de Francisco Denis y Arved Schultze y dirección del mismo Denis. Un interesante trabajo de investigación sobre las múltiples visiones del mito de “El Dorado” que adquiere consistencia gracias al acompañamiento musical del grupo Quinto Aguacate.

Dos propuestas que tienen como base la mitología griega se presentaron en el festival. El Taller Experimental del Teatro llevó a escena Yocasta, de León Febres-Cordero, dirigido por Santiago Sánchez. La sala principal del Teatro San Martín recibió el diálogo entre dos hermanos que saben que no pueden escapar de su destino. Los mitos no cambian.

Por otro lado, Caverna, una de las coproducciones de la Compañía Nacional de Teatro, volvió a Caracas proveniente del Estado Mérida. El montaje, dirigido por Gabriel Torres, se realizó en el relativamente nuevo Espacio ArteNativo. Por su carácter experimental, muchas de las situaciones escenificadas sobre “El mito de la caverna”, de Platón,  se quedan en el terreno de lo abstracto, sin embargo la iluminación y la música en vivo producen varias atmósferas sugestivas.

El grupo Repico escenificó Monstruos en el closet, ogros bajo la cama, de Gustavo Ott, con dirección de Consuelo Trum. El público que asistió a la Sala Rajatabla presenció una recreación del atentado ocurrido el 11 de Septiembre de 2001 en contra de las Torres gemelas de Nueva York. La dirección creó una adecuada propuesta simbolista que diluye un poco las fallas de un texto poco teatral, si bien las actuaciones son la mayor virtud del montaje.

Otros espectáculos de calidad que volvieron a escena durante el festival fueron: Doce cosas imposibles antes del desayuno, de Teartes, El desconocido, de la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa y Paria, de La Bacante.

En definitiva, el Gobierno del Distrito Capital y Fundarte, ente adscrito a la Alcaldía de Caracas, han señalado uno de los caminos que deben seguir las políticas culturales en torno al teatro. Los directores, productores, actores, diseñadores, técnicos, críticos y otras personas vinculadas al quehacer teatral agradecen el evento. 

En espera de la próxima edición…

(Para el Diario Ciudad Ccs)

Especial "Festival de Teatro de Caracas 2011" -1: Una crónica festivalera

Me uno a la celebración del Festival de Teatro de Caracas. Como crítico teatral pienso que mi labor es una lectura del hecho escénico, más que un juicio. Por esto, considero que el registro que hace el crítico cuando escribe su lectura o apreciación de un determinado montaje deja memoria del quehacer teatral. Esa es la razón de esta crónica.

La primera semana del festival ha servido de vitrina para la presentación de espectáculos premiados como Penitentes de Elio Palencia, montaje realizado por la agrupación Teatrela en la sala Juana Sujo de la Casa del Artista. Su contundente propuesta en contra de los prejuicios y la manipulación de los medios de comunicación volvió a retumbar, gracias la pertinente dirección de Costa Palamides.

Otro trabajo digno de mención es Contra el progreso, texto de Esteve Soler y dirección de Juan José Martín, presentado por el grupo Escena de Caracas en la Sala Rajatabla. Un oportuno montaje acerca de cómo el progreso se vuelve en contra del ser humano.

El teatro de vanguardia tuvo un digno representante en la Sala Rajatabla con Crónicas Palahniuk de Teatro Forte, dirección de Vladimir Vera. Sus monólogos descarnados y contrarios a moral tradicional volvieron a perturbar al público.

Por su parte, el teatro para niños dijo presente con El popol vuh, versión y producción de Xiomara Moreno para su agrupación homónima y dirección de Javier Moreno, que se escenificó en el Teatro Principal. Este trabajo maravilla a adultos y niños por igual debido a la claridad y pertinencia estética de su vestuario y ambientación, además de la apropiada recreación del origen del ser humano según la cultura Maya.

Asimismo, el género de títeres tuvo su espacio con el colectivo Tempo, proveniente del Estado Portuguesa, que presentó La abominable historia de Mr. Punch, dirección de Eduardo Di Mauro, en el espacio ArteNativo y en el Nuevo “Nuevo Circo”. La pieza está dirigida a un público adulto debido a su contenido sexual y de violencia, sin embargo aprovecha poco esta circunstancia porque se siente que no quieren extralimitarse en el lenguaje. 

Como se ve, el festival permite la confrontación con diversas propuestas escénicas.

(Para el Diario Ciudad Ccs)

Occidente teatral (II de II)

El XXIX Festival de Teatro de Occidente culminó con la presentación de un abanico de propuestas que demuestran la pluralidad del evento.

Entre ellas, el público pudo disfrutar de los divertidos espectáculos de “clown” y pantomima: Las aventuras de Clauss, proveniente de Barquisimeto, y Germán, el mimo, de México. Asimismo, el teatro de títeres estuvo presente con Un botón en mi cabeza del grupo Arribas las hu!manos, de Chile.

De Caracas, se presentaron las agrupaciones La Bacante y Teartes con Paria y Doce cosas imposibles antes del desayuno, respectivamente. Con una estética que posee un fuerte contenido plástico, ambos montajes demuestran cómo la dramaturgia y la puesta en escena nacen de la experimentación, sin bien el primero logra manejar mejor la progresión dramática que el segundo.

Los mejores trabajos vinieron desde Argentina. Petaka teatro presentó Menguada, la hora, versión de César Rojas del cuento “La hora menguada” de Gallegos, dirigido por Jesús Gómez. El mismo Gómez y Javier Otero, venezolanos residenciados en Buenos Aires, asumieron el riesgo de interpretar dos personajes femeninos. La obra presenta el drama de Amelia y Enriqueta, dos hermanas que conviven en espera de un hijo que no regresa y cuya maternidad es la causa de un odio reprimido. Apropiada dirección, claridad estética y actuaciones orgánicas se conjugan en la propuesta.

El colectivo Solo por hoy llevó a escena: Gadst, texto y dirección de Facundo Agrelo. A partir del suceso cotidiano de un televisor que se daña, una pareja de esposos revela sus carencias y deseos. La dirección propone el reordenamiento constante de los elementos escénicos para resaltar cada situación que se desarrolla en la obra. Esto refleja un trabajo profundamente teatral que adquiere consistencia gracias a las actuaciones de Mariana Cavalli y Enzo Ordeig, quienes ofrecen un manejo correcto de las intenciones, la energía y la corporalidad.

Otra propuesta fue Marat + Sade, versión de Alfonso Sastre de la obra Peter Weiss, escenificada por Minimal teatro, de España. El texto que diserta sobre la revolución presentó deficiencias en la escena debido a que todavía es un trabajo en proceso. También, aprecié La revuelta de l@s idiotas, de Des acuerdo teatro y Teatro del Cronopio, de Ecuador. La feminidad es el tema central en un trabajo bien cohesionado. 

Esta edición queda para el recuerdo porque demuestra el compromiso de sus organizadores. Nada detiene al teatro, a sus promotores y, especialmente, a sus creadores. Por eso, el año que viene se cumplen 30 años de un festival que continua en pro de las artes escénicas venezolanas.

Funciones: 15, 16, 17, 18 y 19 de Noviembre de 2011 (Publicado en el Diario Tal Cual)

Occidente teatral (I de II)

El Festival de Teatro de Occidente, organizado por la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa, regresa en su edición número 29 como una vitrina para la exhibición de espectáculos regionales, naciones e internacionales. Como es costumbre, el Estado Portuguesa y, específicamente, la ciudad de Guanare es la sede principal del evento que, además, cuenta con Barinas, Cojedes y Yaracuy como co-sedes.

En Guanare, los espacios del festival son las Salas Federico Collado y Alberto Ravara del Complejo Cultural “Herman Lejter”, la carpa “Cacao” instalada por la Compañía Nacional de Circo y la Escuela de Teatro José Antonio Páez.

En la Sala Alberto Ravara, pude hacer una segunda lectura del espectáculo llevado a escena la compañía organizadora del festival: El desconocido, texto de Tomás Jurado Zabala, producción de Julián Ramos y dirección de Carlos Arroyo. Había cotejado este montaje en Caracas, pero verlo en su espacio original permite otro análisis.

La mayor virtud del texto reside en presentar al Libertador como un desconocido, debido a que muchas situaciones de su vida se han tergiversado. De ahí que la historia central de unos presos que ensayan una obra sobre Bolívar por órdenes superiores tiene muchas maneras de interpretarse.

La puesta en escena tiene tres niveles de lectura. Un nivel simbólico que se ve en el espacio escénico y en el vestuario casi militar, un nivel expresionista que se percibe en la forma de componer, como dos payasos, los personajes del Funcionario de cultura y del Director de la cárcel, y un nivel de revelación de la teatralidad que busca una posición crítica por parte del espectador.

En la Sala Federico Collado, la misma compañía presentó el trabajo final de su Taller permanente de formación actoral: Alegría y Mapulín de Carlos Giménez, producción de Julián Ramos y dirección de Aníbal Grunn. Este montaje para toda la familia toca temas como la censura, el militarismo y la pérdida de la individualidad a través del viaje que emprenden dos amigos al “País de nunca acabar”, si bien terminan por descubrir la magia del teatro. Se destaca el desparpajo y la honestidad de los jóvenes formados en el taller.

En la carpa “Cacao”, el Circo Social de Portuguesa presentó: Mestizaje, un espectáculo que muestra el encuentro y desencuentro entre los indígenas y los españoles a través del uso de códigos circenses. La trama se desarrolla en diversos números, con una propuesta corporal que permite lucir las extraordinarias condiciones físicas de los intérpretes.

En resumen, ha sido un comienzo variado para un festival que año tras año tiene como lema: poner en movimiento al occidente del país.

Funciones: 12 y 13 de Noviembre de 2011 (Publicado en el Diario Tal Cual)

Especial "Festival de Teatro de Occidente 2011" - 8: Una edición más que se despide

El XXIX Festival de Teatro de Occidente culmina con la presentación de un abanico de propuestas que demuestran la pluralidad del evento.

Desde Argentina, la agrupación Solo por hoy montó Gadst, dramaturgia y dirección de Facundo Agrelo. A partir del suceso cotidiano de un televisor que se daña, una pareja de esposos revela sus carencias y deseos. La dirección propone el reordenamiento constante de los elementos escénicos para resaltar cada situación que se desarrolla en la obra. Una escena empieza, se desarrolla, se corta, se reordena el espacio y se cambia la utilería para empezar la escena siguiente sin perder la carga emocional de la anterior. Esto captura la atención del espectador y le da una atmósfera a cada momento, sin perder la atmósfera mayor que ofrece la progresión dramática del texto. 

Las actuaciones de Mariana Cavalli y Enzo Ordeig ofrecen un manejo correcto de las intenciones, la energía y la corporalidad. Cavalli emplea cabalmente la intensidad y la sutileza cuando lo que requiere el personaje y Ordeig luce una notable gestualidad que transmite el estado interior de su rol. Una revisión de la cohesión con el vestuario terminaría por complementar este contundente trabajo que sorprendió para bien a todos los asistentes a la función. ¡Bravo por Solo por hoy!

Minimal teatro, de España, llevó a escena la versión de Alfonso Sastre de la obra de Peter Weiss: Marat + Sade, dirigida por Miguel Ponce. El deseo de libertad individual y sexual está presente en un texto que teoriza sobre la revolución francesa pero que refleja cualquier revolución que haya sucedido o suceda en el mundo. 

El montaje tiene aires de trabajo en proceso porque todavía hay mucho que ajustar. Se reconoce una planta de movimientos clara y que desplaza a los actores de un lado a otro para armar la historia. La dirección emplea la revelación de la teatralidad acompañada de la propuesta de utilizar solamente a dos actores para interpretar todos los personajes de la obra. Los actores pasan de un personaje a otro con el uso de elementos básicos de vestuario, además de aprovechar una utilería múltiple que rodea el escenario para recrear las situaciones. Debe ajustarse la precisión en el uso y ubicación de todos los elementos para que no retrase el ritmo. 

En el plano interpretativo, los actores todavía no diferencian los personajes. Se reconoce un disfrute en la representación, pero debe marcarse más la energía de cada rol y el paso entre un rol y otro. Esto facilitaría que el público reconozca los personajes que aparecen en escena. Federico Castillo maneja una correcta corporalidad pero debe tomar en cuenta el trabajo vocal que luce débil y Miguel Ponce tiene un correcto tono vocal y puede reforzar más la expresión del cuerpo.

En definitiva, un montaje que le falta mucho por recorrer. 

Después de una primera presentación problemática, Des acuerdo Teatro y Teatro del Cronopio, de Ecuador, presentaron La revuelta de l@s idiotas, creación dramatúrgica de Guido Navarro, Andrea Moreno y Yasna Vivanco, con dirección de Guido Navarro. La obra propone una lectura de la feminidad a partir de la historia de dos ángeles caídos que deben superar varias pruebas para intentar regresar al cielo. El erotismo, la sexualidad, el machismo y la no violencia son temas que se tratan en una obra donde se discute la relación con un ser supremo. 

El montaje propone una invasión del escenario a través del cuerpo y expresividad del actor. Cada escena tiene su sentido, una atmósfera particular y se reconoce, no solo por el vestuario y el texto, sino por una forma específica de gesticulación. La voz es un complemento de la energía que irradia  el cuerpo. El vestuario delinea con pertinencia cada rol que asumen las actrices y se convierte en un símbolo del significado real de cada situación que experimentan. De igual manera, el fondo del escenario se integra al tema central de la propuesta.

Las actuaciones de Andrea Moreno y Yasna Vivanco demuestran un encomiable uso de la corporalidad y logran veracidad dentro de la forma irreal que proponen con su voz. Esto demuestra que la organicidad se logra a través de la veracidad que se adquiere en vivir y sentir lo que se representa, independientemente de lo falso que parezca. 

Un trabajo que se agradece por todo lo que significa y por su franqueza.

Otra actividad que se realizó en el marco del festival fue el foro crítico. Con la coordinación de Tomás Jurado Zabala, los críticos Carlos Herrera, Alberto Ojeda y mi persona fuimos los encargados de conversar con la mayoría de las agrupaciones para conocer el trasfondo del hecho escénico y ofrecer opiniones acerca de la recepción de los espectáculos. Temas como la afluencia del público, la necesidad del “dramaturgista”, la revisión de las estéticas y las condiciones de producción surgieron para demostrar una vez más que el teatro es algo vivo. 

Esta edición queda para el recuerdo porque demuestra el compromiso de sus organizadores. Nada detiene al teatro, a sus promotores y, especialmente, a sus creadores. Por eso, el año que viene se cumplen 30 años de un festival que continua en pro de las artes escénicas venezolanas.

Funciones: 19 de Noviembre de 2011, los tres montajes.

Especial "Festival de Teatro de Occidente 2011" - 7: Mímica, monstruos y farsantes

La edición 29 del Festival de teatro de Occidente entra en su recta final.

Desde México, Germán “el mimo” trajo un espectáculo con diversas rutinas que capturaron por igual a niños y adultos. El control corporal y el aprovechamiento del espacio permitieron que el público se deleitara con un buen trabajo de pantomima. 

Batahola teatro, del Estado Portuguesa, presentó Monstruos en el closet, ogros bajo la cama, de Gustavo Ott, dirigido por Elvis Collado. La obra es una recreación simbólica de los atentados a la torres gemelas ocurridos el 11 de septiembre de 2001. La torre norte y la torre sur cobran vida para relatarnos lo que sucedió ese día a través de un fuerte contenido poético. Sin embargo, el texto me parece una creación oportunista porque aprovecha el decenio de los atentados sin plantear nada nuevo y pretende vincular la violencia de este hecho con otros de distinta índole. Más allá del cristal con que se mire, la violencia es violencia pero el fuerte contenido ideológico que subyace, hace que caiga en el terreno de la manipulación.

La obra coloca en escena varios testimonios de pasajeros de los aviones, de sus familiares, de los bomberos, en definitiva, de seres humanos que tuvieron vinculación directa con el suceso. Esto, más la narración simbólica de las torres, crea un discurso poco dramático que presenta fragmentos que pretenden conducir obligatoriamente al espectador hacia un estado de conexión emocional. Además, el estilo narrativo le resta fuerza a la obra y crea problemas para la puesta en escena. 

Con un texto poco teatral, la dirección debe realizar una puesta que medianamente posea teatralidad. Collado propone desplazamientos constantes, simetría y equilibrio sobre el escenario para darle un sentido a cada parte de la pieza. No obstante, lucen forzados y poco creíbles por la forma que está escrito el texto. Del mismo modo, la estética no encaja con lo que se dice. El uso de ropa deportiva y de dos sillas para representar a las torres y demás personajes parece descontextualizado. Recomiendo orientar todo hacia una propuesta arquitectónica que permita dar el tono simbólico que poseen los personajes y para que se comprenda que, al mismo tiempo, se interpretan otros.

Las actuaciones tienen altibajos. Mayeli Delfín y Josmary Aponte representan a las dos torres con fuerza, si bien la última es más efectiva que la primera. Ambas deben trabajar mejor las transiciones y no dejar siempre el tono alto al finalizar cada frase, pero sobre todo no deben forzar la exteriorización de los sentimientos porque caen en la falsedad.

Teatro Moriche, de Cantaura, llevó a escena Inmundos farsantes, texto y dirección de Will Meza. Un trabajo sin grandes pretensiones que quiere reflejar la viveza del latinoamericano. Rescato la honestidad de los intérpretes jóvenes, pero es necesario revisar el texto y la dirección para no hacer evidente una temática en la que podría profundizarse. Además, podrían realizar una limpieza en lo estético para dar uniformidad a los elementos escenográficos y al vestuario.

Queda por ver qué tienen preparado los últimos espectáculos.

Funciones: 18 de Noviembre de 2011, los tres montajes.

Especial "Festival de Teatro de Occidente 2011" - 6: Hermanas menguadas y la muerte de Allende


El XXIX Festival de Teatro de Occidente prosigue con montajes que ofrecen variedad estética y múltiples lecturas.

La agrupación Petaka Teatro, de Argentina, presentó Menguada, la hora, versión de César Rojas del cuento “La hora menguada” de Rómulo Gallegos, interpretada por Jesús Gómez y Javier Otero, y dirigida por el primero. Ambos son venezolanos residenciados en Argentina y asumieron el riesgo de interpretar dos personajes femeninos. La obra presenta el drama de Amelia y Enriqueta, dos hermanas que conviven en espera de un hijo que no regresa y cuya maternidad es la causa de un odio reprimido. 

Apropiada dirección, claridad estética y actuaciones orgánicas se conjugan en la propuesta. La dirección delimita correctamente el espacio y demarca con precisión el desplazamiento y las transiciones de los actores, sin perder el ritmo. Una adecuada estética simbólica se percibe en los elementos escenográficos de líneas rígidas y colores térreos que se complementan con los recursos de utilería. Además, el vestuario proyecta cabalmente la forma de ser de los personajes. Los actores interpretan a las hermanas sin caer en el amaneramiento y falsedad vocal. Los personajes se componen a través de la delicadeza del gesto en las manos, la verticalidad en la espalda, un peinado simple y el uso de la misma voz del actor con el matiz justo. También, logran controlar el tránsito entre los momentos de intensidad donde la acción física es necesaria y de sutileza donde es más importante la intención del texto.

Hasta ahora, ha sido uno de los mejores montajes que se ha presentado en esta edición del festival 

La Fundación José Ignacio Cabrujas, proveniente del Estado Carabobo, llevó a escena el monólogo Allende, texto de Rodolfo Quebleen y dirección de Williams Urdaneta. El autor emplea documentos y grabaciones obtenidas del 11 de septiembre de 1973 para recrear la últimas horas de vida del presidente chileno Salvador Allende.

Roberto Moll asume el papel de Allende. Su extraordinaria capacidad interpretativa le permite manejar correctamente la intensidad durante las diferentes situaciones por las que pasa el personaje. Ofrece la fuerza necesaria como el Allende que lucha por los desposeídos, sin embargo toma menos en cuenta su lado humano. Cuando habla de su esposa, amante e hijas no deja que la emoción fluya y se desarrolle, algo que le conectaría aun más con el personaje y con cualquier espectador La dirección puede revisar esto. 

La propuesta escenográfica busca reflejar el despacho del chileno, aunque no tiene uniformidad estética. Es importante que haya correspondencia entre las tres mesas que están sobre el escenario, debido a que solamente el escritorio central tiene un estilo cercano a la época, al igual que solo dos de las sillas. Los aparatos telefónicos y de radio están mejor seleccionados. Por su parte, el vestuario sí es coherente con la imagen que se tiene del presidente.

El desplazamiento escénico ofrece variedad y cohesión con cada situación que vive Allende. No obstante, la iluminación luce plana y poco significante. No hay un diseño lumínico que evidencie el estado emocional del personaje, salvo el momento en que se acerca al público y se sienta en la platea. 

Por otro lado, es importante revisar la necesidad o no de los videos y fotografías que se proyectan al final junto a un emotivo acompañamiento musical. Esto resta fuerza al desenlace porque la frase final del texto es contundente. Colocarlos al principio podría ser más pertinente y ubicaría al público en el contexto real de la situación.

En definitiva, un día para el recuerdo.

Funciones: 17 de Noviembre de 2011, ambos montajes.